Aunque se menciona con frecuencia en el campo de la investigación científica, el almacenamiento y captura de carbono son estrategias claves en la mitigación del cambio climático. Si bien a menudo se consideran sinónimos, la captura de carbono y el secuestro de carbono son conceptos distintos. La captura de carbono corresponde a la suma de las distintas fuentes de carbono que son almacenadas en el bosque, mientras que el secuestro de carbono indica su variación en el tiempo (Cantanzaro y D’Amato, 2019).
El carbono se almacena en los bosques en cinco fuentes: biomasa aérea (o sobre el suelo), biomasa bajo el suelo, madera muerta y como materia orgánica en el suelo (Ver Figura 1). De acuerdo con el Sistema de Observación Global del Clima (GCOS, por su sigla en inglés, 2019), la biomasa sobre el suelo es una de cincuenta y cuatro variables climáticas esenciales debido a su importancia en el ciclo global del carbono. Resulta complejo medir esta variable a una escala más fina, porque los datos suelen ser representativos de ecosistemas de grandes extensiones geográficas cercanos al trópico ecuatorial. Como consecuencia, los científicos han desarrollado metodologías innovadoras para cuantificar la cantidad de carbono almacenado en otras regiones del mundo.
Figura 1. Fuentes de almacenamiento del carbono.
De los conceptos ligados al ciclo del carbono, el almacenamiento es el más importante. Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, 2022), la forma más sencilla de cuantificar y mapear el Ciclo del Carbono es identificando las fuentes que emiten y las que se comportan como reservorios. El carbono puede liberarse a la atmósfera de forma natural (respiración de organismos heterótrofos, incendios forestales y erupciones volcánicas) o artificialmente (emisiones de combustibles fósiles, transporte y agricultura). Cada año se liberan a la atmósfera 5.500 millones de toneladas de carbono de los combustibles fósiles. El 60% permanece en la atmósfera (University Corporation for Atmospheric Research, 2011), mientras que el resto es absorbido por diversos reservorios de carbono (también llamados sumideros), que son áreas naturales con la capacidad de acumular grandes cantidades de carbono, como, por ejemplo son los humedales, bosques, el suelo y el océano. En la Figura 2 se presenta una infografía que detalla el ciclo del carbono.
Figura 2. Ciclo del carbono.
Referencias.
Catanzaro P., & A.D’Amato (2019). Forest Carbon: An essential natural solution for climate change. University of Vermont, Estados Unidos.
Global Climate Observing System (GCOS, 2019). Essential climate variables. GCOS-WMO. https://ane4bf-datap1.s3.eu-west-1.amazonaws.com/wmod8_climatedata/s3fs-public/biomass_ecv_factsheet_201905.pdf?UIj2pnLviZJQEYAmaNuHOB3_fWsMjQoS.
University Corporation for Atmospheric Research (UCAR,
2011). Biogeochemical Cycles. https://scied.ucar.edu/learning-zone/earth-system/biogeochemical-cycles.
Servicio Geológico de los
Estados Unidos (USGS, 2022). Carbon Cycle. https://www.usgs.gov/media/images/usgs-carbon-cycle.
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